Los árboles juegan un papel esencial en la conservación del medio ambiente. Son los pulmones de nuestro planeta y para reivindicar su importancia.
Los árboles son los moradores más antiguas de la Tierra. Se encargan de liberar el oxígeno y transformar el dióxido de carbono (CO2) reduciendo, de esta forma, el efecto invernadero en la atmósfera. El Día del Árbol es una fecha que nos recuerda la importancia de proteger las superficies arboladas como una forma de asegurar que la vida en nuestro planeta siga siendo posible.
Las árboles tienen múltiples funciones con las que participan en el ciclo de la naturaleza. Desde generar oxígeno hasta ser nuestro mejor aliado contra la crisis climática. Y es que los árboles son la base de la supervivencia de los seres vivos que habitan en la Tierra. Son el entorno natural perfecto donde se alojan miles de especies de animales y plantas.
Además, los árboles nos ayudan a regular los ciclos hidrológicos reduciendo así el riesgo de inundaciones y, son la fuente de materia prima para la producción de medicinas y otros recursos naturales.
Sin embargo, la acción humana ha destruido ya cerca del 78% de los bosques primarios del planeta y el 22% restante ya se ha visto afectado por la extracción de madera. La degradación ambiental de estos entornos tiene un efecto directo no solo con nuestro medio ambiente, con la emisión de CO2 a la atmósfera, sino también con nuestra biodiversidad, llegando incluso a que miles de especies estén al borde la desaparición.
Si hay un Día del Árbol es pare reivindicar la necesidad de frenar esta situación y que, entre todos, logremos asegurar la conservación del medio ambiente. Suecia fue el primer país que celebró esta festividad. Lo hizo en 1840 para crear conciencia sobre el importante papel que tienen los árboles para mitigar la contaminación ambiental, proteger el suelo y lograr un desarrollo sostenible.