Erika Olea, una mujer que ha aprendido del trabajo, del esfuerzo y, sobre todo, de la gente. En Tianguistenco he encontrado desde hace más de 20 años, una inspiración y una gran motivación; aquí formé mi familia y aquí sigo apostando por un futuro mejor para todas y todos. Creo en el poder de la comunidad, en la cercanía y en la importancia de escuchar para construir juntos. Cada día salgo a las calles con la firme convicción de que el cambio se hace con hechos, con compromiso y con el corazón. Sé que no hay transformación sin unidad, y por eso sigo caminando de la mano con mi gente, porque Tianguistenco es más que un lugar, es nuestra casa, nuestro hogar y nuestra historia